Acumuladores de calor
¿Qué son los acumuladores de calor?
Son sistemas de calefacción eléctrica que se cargan, generalmente por la noche, para después desprender paulatinamente el calor almacenado durante el día.
Estos sistemas están pensados para aprovechar las tarifas eléctricas de discriminación horaria. De este modo, el gasto energético se produce de madrugada, que es cuando estas tarifas ofrecen los precios más bajos, al ser mucho menor la demanda.
Tipos de acumuladores
- Acumulador de calor estático: cuentan con un sistema de aislamiento térmico muy sencillo. Descargan el calor acumulado por radiación y convección. Utilizan un sistema de trampillas que cierran el paso entre acumuladores para que evitar que entre aire y que pueden ser controladas manualmente. Su mayor inconveniente es que este sistema solo permite controlar un 25% del calor acumulado. El resto del calor termina llegando a las estancias, pero de forma no controlada. Este tipo de acumuladores es ideal para hogares habitados durante todo el día.
- Acumulador de calor dinámico: estos acumuladores son más demandados y su sistema de aislamiento es más eficiente, ya que solo desperdicia un 15% del calor acumulado. Este sistema funciona con turbinas que conducen el calor a los acumuladores de manera más eficaz que los acumuladores estáticos y la temperatura es regulada mediante termostatos. Estos equipos son más recomendables en casos en los que el hogar está deshabitado parte del día.
Ventajas e inconvenientes de los acumuladores
Estos sistemas ofrecen varias ventajas a tener en cuenta:
- Instalación sencilla. No hay que realizar grandes obras para instalarlo.
- Posibilidad de consumos a bajo precio. Ideal para aprovechar las tarifas de discriminación horaria.
- Es un sistema de calefacción muy seguro ya que no utilizan combustibles.
- Son poco contaminantes porque no emiten gases de manera directa, aunque sí indirectamente al consumir electricidad. Por otro lado, hay que considerar que cada vez más electricidad es obtenida con fuentes renovables.
- Mantienen una temperatura estable durante todo el día y se adaptan a cambios bruscos de temperatura.
- Apenas requieren mantenimiento.
- Precios asequibles. Estos equipos parten de un precio de 100€, aunque pueden llegar hasta los 700€.
El principal inconveniente de los acumuladores es la falta de exactitud a la hora de controlar la temperatura y las pérdidas de calor. Es posible que, en ocasiones, el calor almacenado se acabe antes de que el acumulador pueda volver a recargarse.
Cómo optimizar el uso de los acumuladores
El funcionamiento de los acumuladores es muy sencillo y está automatizado. Empiezan a cargarse de energía al momento exacto en que empiece el horario de tarifa reducida que tengas contratada y descargan durante el día el calor acumulado. Tú solo tendrás que ocuparte de regular las cantidades de carga y descarga.
Para conseguir la temperatura deseada durante todo el día, lo recomendable es empezar ajustando la descarga al mínimo y la carga en un punto medio y observar los resultados al día siguiente. Pueden darse varios casos:
- En caso de conseguir una buena temperatura durante la mañana y notar una bajada al final del día, deberemos subir la carga.
- Si la temperatura durante todo el día no llegó a la deseada, tendremos que subir carga y descarga.
- Por último, si la temperatura es excesiva al principio del día y buena al final, bajaremos la carga.
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