Placas Vitrocerámicas | Cocinas

Servicio Técnico de Placas Vitrocerámicas y cocinas

Ofrecemos asistencia técnica de reparaciones para casi todas las marcas y fabricantes de Placas Vitrocerámicas y cocinas.

Servicio técnico para la reparación, instalación y mantenimiento de Placas Vitrocerámicas y cocinas de cualquier sistema.

Si desea solicitar asistencia, puede llamar al teléfono de contacto o rellenar el formulario. Puede rellenar únicamente el nombre y el teléfono y de esa forma nosotros le llamaremos; o proporcionar la información adicional que se le solicita a fin de obtener una valoración más completa del problema con su electrodoméstico.

Casi todas las reparaciones de este tipo de aparatos se realizan a domicilio. Sin embargo, la reparación de averías electrónicas puede hacer necesario la manipulación de las placas de circuito integrado en talleres, dado que hay que usar herramientas de precisión para soldadura o mediciones. Aunque son casos muy raros y aislados.

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Problemas y averías en Placas Vitrocerámicas y cocinas más frecuentes:

  • Problemas con el encendido.
  • Averías en circuitos, cortocircuitos y otros problemas eléctricos.
  • Averías de componentes electrónicos, resistencias, termostatos, programadores, etc.

Las placas o encimeras vitrocerámicas son unos sistemas de cocción tradicionales a los que se les ha implantado una plancha de cristal vitrocerámico entre el recipiente y la fuente de calor, en vez de los fogones tradicionales. Este tipo de cocinas han supuesto una revolución en la forma de cocinar por su facilidad de limpieza y por la comodidad en el uso de sus mandos, que ofrecen la posibilidad de manejarlas con el simple tacto de los dedos. Además llevan incorporados sensores y avisos visuales de calor residual que hacen destacar las zonas aún calientes después de apagadas, y esto puede suponer un ahorro de energía.

El vidrio de estos electrodomésticos de cocina contiene determinados metales que producen una cristalización al ser expuestos a radiación ultravioleta. Al ser calentados a altas temperaturas se convierten en vitrocerámica y obtienen de esta forma una gran resistencia mecánica y unas propiedades aislantes de la electricidad superiores a las del vidrio ordinario. Este tipo de cerámica, además de utilizarse en utensilios de cocina, se usa en los conos frontales de los cohetes y en los ladrillos termorresistentes que recubren las naves espaciales.

Las principales ventajas que se pueden observar en las placas vitrocerámicas frente a las cocinas convencionales son:

– Limpieza: Gracias a su superficie totalmente lisa, la limpieza de una encimera vitrocerámica es muy sencilla. Esto representa, en términos prácticos, un panel totalmente liso y sin poros, sin parrillas ni quemadores que dificulten la limpieza.
Rapidez: Las encimeras vitrocerámicas son capaces de cocinar con la misma rapidez a la que usted está acostumbrado. Mayor gama de elección de potencias y una estética más atractiva.
Economía: Su óptima regulación, su rendimiento y su tecnología consiguen ahorrar cocinando.
Comodidad: Fáciles de usar, mantener, instalar.
– Seguridad: Termostatos de seguridad y pilotos de calor residual. Al ser de vidrio cerámico proporciona una superficie de trabajo resistente a los choques térmicos, de gran resistencia mecánica, que permite un calentamiento parcial de ciertas zonas de las placas, así como un enfriamiento rapidísimo, sin temor de rotura.

Las vitrocerámicas se dividen en tres clases, dependiendo la fuente de energía que utilicen:

Reparación Vitrocerámica Eléctrica: La placa funciona por electricidad, ya sea por resistencias eléctrica debajo del cristal, ya por radiación halógena.

Reparación Vitrocerámica a Gas: Este tipo de “vitro” dispone de un sistema de quemadores bajo el vidrio.

Reparación Vitrocerámica de Inducción: La inducción crea un campo magnético bajo el cristal que solo calienta lo que se encuentra en el interior del recipiente, quedando el vidrio frío para evitar quemaduras. Sería otro tipo de placa eléctrica.

El calor que se produce se regula automáticamente, mediante un termostato controlado por sensores de calor, ya que la corriente de la resistencia varía en función de su temperatura. Requieren utensilios y recipientes de base plana para aprovechar al máximo el calor, por lo que no sirve cualquiera. Son muy fáciles de limpiar y suelen llevar sensores que detectan si hay recipientes encima o no, de forma que se apagan automáticamente por seguridad.

Los tipos de vitrocerámicas eléctricas serían:

Vitrocerámicas Eléctricas o de calor Radiante: Este tipo de placa vitrocerámica trasmite el calor de abajo hacia arriba, de manera que se disipa menos el calor y se reduce el riesgo de quemaduras. Funciona con el mismo mecanismo que las cocinas eléctricas, mediante resistencias arrolladas en espiral que se calientan al pasar por ellas la corriente eléctrica. Es el conocido efecto Joule, que consiste en la generación de calor debido a los choques de los electrones con los átomos del material conductor. En este caso, el calor producido es deseado y se aprovecha para cocinar, como antiguamente se aprovechaba para los braseros eléctricos; pero hay otros casos en que no es deseado, como el calor generado en microprocesadores de ordenadores, por ejemplo, y por ello hay que refrigerarlos.

Vitrocerámicas Halógenas: Utilizan focos halógenos de respuesta muy rápida como generador de calor. Se suele combinar el poder halógeno con resistencias radiantes y Hi-light, aumentando su fuerza, pero su uso requiere mucha potencia y consumo. En España se suelen encontrar placas halógenas combinadas, pero no halógenas sólo. Su precio es parecido a las de inducción, por lo que resultan muy caras.

Vitrocerámicas Eléctricas Rápidas o “Hi-light”: Llevan incorporadas unas resistencias onduladas más rápidas que las placas de las placas radiantes, imponiéndose en el mercado de forma abrumadora, sustituyéndolas.

Vitrocerámicas por inducción: Son las más caras pero muy rápidas, de modo que acortan  los tiempos de cocción y su respuesta es instantánea tanto al encenderla como para cortar la cocción, ahorrando electricidad.

 

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Este tipo de encimeras o placas vitrocerámicas están compuestas por un entramado dispuesto a modo de celdas de panel de abeja bajo el vidrio donde se produce la combustión del gas. El electrodoméstico está constituido de manera cerrada, con quemadores radiantes, una cámara de aire para la mezcla y el cristal cerámico que la hermetiza por la parte superior. El gas se enciende de forma automática, mediante unas válvulas que permiten o cortan el paso del gas. El calor se transmite en forma de radiación infrarroja (como las eléctricas) que pasa por la cámara de aire y acaba chocando con el cristal cerámico traduciéndose en calor. Un calor que se focaliza y limita a las zonas de cocción y los productos caloríficos resultantes aportan calor al cristal en las llamadas zonas de calor residual. Esto conlleva un gran cuidado para evitar quemaduras pues las temperaturas pueden ser muy elevadas.

Cada quemador dispone de varias posiciones de funcionamiento que permiten realizar cocción a temperatura estable. Además la mayoría de los modelos acostumbran a tener uno de los quemadores con posibilidad de actuar sólo la parte circular interior o en su totalidad, a fin de adaptarse mejor a las dimensiones del recipiente que se utilice. Todos los modelos van dotados de sistemas de encendido automático de sencillo manejo, E, incluso, algunos modelos disponen de sistemas de programación que permiten prefijar el final de la cocción.

Una gran ventaja de estas vitrocerámicas respecto de las eléctricas es que ocasionan menos gasto económico (hasta un 65% menos) y son más ecológicas al no usar sólo electricidad en su funcionamiento. Además está considerada como uno de los gasodomésticos más prácticos y modernos.

Estas vitrocerámicas surgieron hacia el año 2000, como una novedad frente a la vitro eléctrica. Este sistema es más avanzado ya que permite mayor control sobre la potencia calorífica usada y esto se traduce en seguridad y en mayor eficiencia. Además no necesita recipientes especiales, como pasa con las de inducción, y la instalación resulta menos costosa y no tiene que ser contratada una potencia eléctrica superior, como ocurre con algunas vitrocerámicas eléctricas.

La vitrocerámica a gas es una variante de las llamadas placas de cristal o cristalgas. Estas encimeras funcionan exactamente igual que las cocinas tradicionales de fogones, pero se ha sustituido la placa de acero por cristal, quedando un acabado muy elegante y de más fácil limpieza. Aunque las placas de cristalgas siguen siendo todavía más baratas que las vitrocerámicas a gas, el consumo de estas últimas es de un 15% menor que las cristalgas, por lo que a largo plazo compensa.

La inducción eléctrica se genera al pasar la electricidad por un conductor en movimiento dentro de un campo magnético estático. Cuando un cuerpo es conductor, sufre una corriente inducida. Este efecto fue descubierto por Michael Faraday y en el se basa el funcionamiento de las vitrocerámicas por inducción electromagnética.

Este tipo de placa vitrocerámica es una de las más utilizadas en la actualidad, por su gran poder calórico, su capacidad de ahorro de energía (hasta un 40% inferior a las convencionales), su facilidad de limpieza y la seguridad durante su uso. La vida media de una placa de inducción supone el poder encenderla y apagarla más de 300.000 veces.

La placa de inducción es la más moderna al no usar ninguna fuente de calor directo. Su funcionamiento parece mágico, ya que consigue elevar la temperatura del interior del recipiente mediante potentes campos magnéticos que producen el movimiento de los electrones, calentando de esa forma las moléculas de los alimentos de manera efectiva y muy rápida. Al funcionar de manera magnética sólo se pueden usar recipientes de metal, hechos de un material ferromagnético con el fondo plano y grueso. Hay recipientes especiales para vitrocerámicas de inducción en el mercado.

Esta forma de calentar el interior del recipiente hace que las placas de inducción sean mucho más eficientes y seguras que las tradicionales. Eficientes, ya que la energía usada se traduce instantáneamente en calor sin disiparse en el cristal; y seguras, por que el vidrio siempre está frío y evita quemaduras por descuidos del usuario.

Lleva incorporadas las más modernas técnicas de procesado de señal para lograr un control eficiente de la potencia y un sistema de sensores que detecta automáticamente si tiene algún recipiente sobre su superficie, la forma y el tamaño. Si no hubiera ninguno, no entra en funcionamiento. Calienta el doble de rápido que una placa vitrocerámica convencional y el tiempo de cocción es muy reducido, pues tarda muy poco en alcanzar la temperatura deseada. Generalmente, llevan incorporados 9 niveles de potencia, pero hay algunas que tienen un sistema de control que permite programar el tiempo de cocción, otras un detector de aceite caliente, con lo que evitas que se queme y se pase la temperatura de los fritos, y un sistema de cocina rápida, que en caso necesario puede incrementar la potencia de un fuego hasta un 30% mas.

Otra ventaja que distingue a las placas de inducción de las placas convencionales es que la limpieza de su superficie es la más agradable al usuario porque al no calentarse, los posibles desbordamientos no se requeman e incrustan en el vidrio, pudiéndose limpiar fácilmente con un paño húmedo.

Aunque el coste de la tecnología de inducción es el doble de una vitrocerámica tradicional, las altas prestaciones incorporadas y su mayor eficiencia la convierten en una buena inversión.

La cocina es un electrodoméstico compuesto por los fogones y un horno que forman un mueble compacto. Aunque últimamente los fogones (placas o encimeras) y el horno se puedan instalar individualmente, se llama cocina al clásico conjunto de ambos aparatos. Suelen llevar una serie de mandos comunes a modo de hilera desde donde se controlan ambos dispositivos.

En Europa, las medidas estándares son de 60 x 60 cm en planta y 85 cm de altura, aunque también las hay de 50 x 60 y de 50 x 50, pero son medidas para cocinas especiales. Pueden ser a gas o eléctricas, tanto los fogones como el horno, pero también se suelen dar casos mixtos. Los fogones, a su vez, pueden ser enteramente a gas o eléctricos, pero también combinados. Los hornos son preferibles eléctricos ya que permiten controlar mejor la temperatura.

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– Más información y características técnicas de las cocinas a gas.

Las cocinas modernas suelen ser de gas y vienen preparadas para consumir un tipo de gas ya sea butano, propano o gas natural. El inyector o chiclé es el dispositivo que permite adaptar la cocina para consumir un tipo de gas u otro. Los distintos tipos de gas necesitan ser mezclados con cierta cantidad de aire para su combustión y los inyectores se encargan de “inyectar” aire al gas dentro de los quemadores para después salir por orificios en forma de llama controlada. La mezcla de aire y gas es lo que se quema en los fogones de las cocinas y se regula la cantidad o potencia de la llama mediante los mandos, que son los que abren o cierran el caudal de gas.

El suministro de gas a la cocina se rige por las normas de seguridad de cada país. Las cocinas en un solo mueble compacto llevan la acometida del gas mediante mangueras de plástico de un color naranja llamado popularmente, naranja butano. En esa manguera debe ir impresa la fecha de caducidad para llevar un control por los posibles deterioros que puedan ocasionar fugas de gas. Este tubo debe estar conectado directamente a la llave de paso y evitar pasar por detrás de la cocina que es la zona más caliente a causa del horno. Las cocinas fijas, o sea, las que se instalan en la encimera, no suelen llevar estas mangueras y la instalación se realiza con tubos de cobre.

Todas las cocinas suelen tener de 2 a 4 quemadores de diversos tamaños. Suelen ser redondos pero también los hay de forma alargada para usos especiales. Normalmente se encienden con cerillas o un mechero, pero los hay que se encienden con la chispa eléctrica de un mecanismo que lleva incorporado. Para las cocinas de gas natural, este último método de ignición es más difícil, debido a que la temperatura de ignición es mayor que la de los otros gases.

Las cocinas íntegramente de gas llevan incorporadas un horno que tiene quemadores lineales en el suelo del horno y, algunos, en la parte superior que sirve de gratinador. Otras cocinas incorporan el horno eléctrico.

Algunas cocinas disponen de una placa vitrocerámica alimentada por gas llamadas de vitrogas o cristalgas. Tienen dispuestos unos quemadores con forma de celdillas de panel de abeja bajo el vidrio y el gas se enciende de forma automática, mediante unas válvulas que permiten o cortan el paso del gas. Este tipo de electrodomésticos han sido bautizados como gasodomésticos. Las hay preparadas para quemar gas butano o propano y gas natural y suelen aprovechar más el calor producido en la combustión, por lo que gasta menos gas.

– Más información y características de las cocinas eléctricas.

Este tipo de cocina producen calor aprovechando un efecto físico conocido como efecto Joule. Este conocido efecto es el que hace que los aparatos eléctricos se caliente durante su uso. El calor se produce por la energía cinética desprendida de los choques (resistencia) de los electrones de una corriente eléctrica con los átomos del material conductor por el que circulan. En la mayoría de los aparatos eléctricos este efecto es indeseado y por eso hay que usar ventiladores internos para disipar el calor producido. Pero en el caso de las cocinas eléctricas, este calor generado no solo se aprovecha sino que se amplifica mediante la conocida forma en espiral de las resistencias que lo integran.

Las cocinas integran estas resistencias blindadas enrolladas helicoidalmente bajo un material cerámico que se calienta o bajo una placa metálica. Producen mucho calor residual que si es bien aprovechado supone un gran ahorro energético.

Desde unos años atrás se viene fabricando un tipo de placas eléctricas cubiertas con un vidrio especial, llamado vitrocerámico, y a las placas de cocina se las denomina vitrocerámicas. Las cocinas vitrocerámicas eléctricas también son llamadas de calor radiante o halógenas, y las ventajas de este tipo de cocinas con este material son muchas, resaltando su seguridad y la facilidad de uso y de limpieza.