¿Has notado que tu nevera no enfría bien, pero el congelador sí lo hace correctamente? Es un problema habitual en electrodomésticos con compartimentos separados y puede tener diversas causas, desde un simple bloqueo de ventilación hasta fallos en componentes internos. Saber diagnosticarlo correctamente puede ahorrarte dinero, alimentos estropeados y múltiples llamadas al servicio técnico.
En esta guía completa te explicamos por qué ocurre este fallo, cómo identificar los síntomas y qué puedes hacer tú mismo antes de acudir a un profesional.
En muchos frigoríficos combinados, el sistema de frío está diseñado para que el congelador genere el aire frío, que luego se distribuye hacia el compartimento de la nevera mediante un ventilador y conductos de aire. Si algo interrumpe este flujo, es posible que:
El congelador esté bien frío
La nevera no mantenga la temperatura adecuada
Este desequilibrio suele indicar que el frío no está llegando correctamente al compartimento del frigorífico pese a que la sección del congelador funciona correctamente.
Uno de los problemas más habituales es que el flujo de aire entre el congelador y la nevera se bloquea.
Esto puede ocurrir si:
La ventilación interna está tapada por alimentos u objetos.
Escarcha o hielo se acumula en los conductos.
Algunos modelos tienen una pequeña abertura que puede invadirse de hielo o suciedad.
Cómo identificarlo
La sección del congelador está fría pero la nevera se mantiene templada o no baja de cierta temperatura, y puede observarse hielo alrededor de las salidas de aire interno.
Solución rápida:
Reorganiza la distribución interna, evita tapar los conductos de aire y realiza un descongelado manual completo si ves acumulación de hielo.
El ventilador de evaporador se encarga de empujar el aire frío hacia la nevera.
Si deja de funcionar —por fallo en el motor o por obstrucción— la nevera puede calentarse, mientras que el congelador sigue funcionando porque el aire frío sigue concentrándose allí.
️ Síntomas típicos:
No escuchas el ruido habitual del ventilador.
El congelador está muy frío pero la nevera está templada.
La sección del congelador cerca del ventilador tiene hielo irregular.
Qué hacer:
Revisar si el ventilador está preso o no gira. Si está defectuoso, normalmente requiere sustitución por un técnico.
Si el termómetro interno o el sensor de temperatura no funcionan correctamente, el frigorífico puede creer que ya está lo suficientemente frío y no activar el sistema de enfriamiento en la zona de la nevera.
Cómo comprobarlo:
Asegúrate de que la temperatura del refrigerador esté ajustada a un rango seguro (alrededor de 3–5 °C).
Si el mando no responde o los valores parecen erráticos, puede ser señal de fallo en el termostato o en el sensor.
Este es un motivo especialmente frecuente en neveras No Frost. El sistema de desescarche automático falla y el hielo se acumula en la zona donde circula el aire frío, bloqueando su paso.
Indicadores:
Se ve hielo o escarcha excesiva en el congelador.
La nevera no enfría aunque el congelador esté bien frío.
El aire no circula como debería.
Solución inicial:
Desconecta el equipo y deja que se descongele completamente (24–36 h). Si el problema vuelve, puede haber fallos en los componentes del sistema de desescarche (calentador, termostato de deshielo, temporizador), que deben revisarse por un técnico.
Las bobinas condensadoras facilitan que el calor salga de todo el circuito. Cuando están cubiertas de polvo o suciedad, el frigorífico pierde eficiencia y puede afectar principalmente al compartimento de la nevera.
Síntomas:
El motor trabaja demasiado tiempo.
La parte trasera o inferior está muy caliente.
La nevera no baja de ciertos grados.
Qué hacer:
Desenchufa el equipo y limpia las bobinas con una aspiradora o cepillo suave para mejorar la eficiencia general.
Si hay una fuga en el circuito de refrigerante, puede que el congelador siga funcionando correctamente de forma temporal, mientras que la nevera no recibe suficiente aire frío. Este tipo de fallo requiere diagnóstico técnico especializado y la intervención suele implicar recarga de gas y reparación de la fuga.
Para evitar este problema en el futuro, ten en cuenta:
No sobrecargar el congelador ni la nevera (obstruye el flujo de aire).
Revisar periódicamente el estado de las juntas y las gomas de las puertas.
Realizar limpieza de bobinas al menos dos veces al año.
Mantener una temperatura adecuada tanto en nevera como en congelador.
Evitar abrir la puerta con excesiva frecuencia o dejarla abierta.
Aunque varios problemas pueden solucionarse con mantenimiento básico o reorganización de alimentos, hay señales claras de que necesitas ayuda profesional:
✔ El ventilador del evaporador no funciona o está dañado.
✔ El sistema de deshielo automático falla de forma recurrente.
✔ Hay acumulación persistente de hielo en lugares incorrectos.
✔ Hay indicios de fuga de gas o caída de rendimiento progresiva.
En estos casos es recomendable acudir a un servicio técnico especializado como el de Servicio Técnico Oficial, donde nuestros técnicos pueden diagnosticar y reparar tu frigorífico a domicilio o en taller con garantía y repuestos de calidad.
Visita nuestro servicio de reparación de frigoríficos y neveras para más información.
Sí, a veces el simple hecho de tener el termostato demasiado alto puede hacer que la nevera no baje lo suficiente mientras el congelador sigue funcionando.
Sí. El hielo excesivo alrededor de las salidas de aire o en el panel de evaporación puede impedir que el frío llegue correctamente a la zona de la nevera.
Depende de la antigüedad, coste de reparación y eficiencia energética. A partir de los 10–12 años, muchos técnicos recomiendan valorar un reemplazo si el fallo vuelve a repetirse.
Para más detalles técnicos sobre este tipo de fallos, puedes consultar este recurso de iFixit, que desglosa las principales causas por las que una nevera no enfría aunque el congelador sí lo hace:
↗️ Fridge Not Cooling But Freezer Works – Troubleshooting (iFixit) (inglés)
Cuando la nevera no enfría pero el congelador sí, no se trata de un fallo aislado ni extraño: suele indicar que el aire frío no circula correctamente hacia la zona de refrigeración.
Las causas van desde aire obstruido, ventiladores defectuosos, bobinas sucias, hasta fallos de deshielo o sensores. Algunas soluciones son sencillas, pero las reparaciones más complejas deben realizarlas técnicos especializados para garantizar un resultado seguro, eficaz y duradero.
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